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domingo, 29 de abril de 2012

Nunca tomes toda tu sopa

Cómo todos los dias vas al mismo restaurante. Pides esa suculenta sopa de los días lunes en un plato hondo especial y, al dar la primera cucharada, el sabor te parece  ésta vez más que perfecto: Esos fideitos bailando en aquella nebulosa de puré y papa sancochada con sus camaroncitos en punto de leche hacen que quisieras fueran eternos. La primera presa la deglutes con fruición, la segunda con algo de  éxtasis. Poco a poco la suculenta sopa empieza a disminuir,  mientras, te preguntas sobre qué especias y sabores se habrían conjugado para hacer tan delicioso alimento, hasta que,  poco antes de  llegar a la mitad de tu plato, llegas a tocar algo extraño con la endeble cuchara. Bebes algo más de sopa, no puedes creerlo: ES UN CRÁNEO! UN CRÁNEO!

1 comentario:

  1. NÚNCA TOME TODA SU SOPA

    Cómo todos los días vas al mismo restaurante. Pides esa suculenta sopa de los días lunes en un plato hondo especial y, al dar la primera cucharada, el sabor te parece ésta vez más que perfecto: Esos fideítos bailando en aquella nebulosa de puré y papa sancochada con sus camaroncitos en punto de leche hacen que quisieras fueran eternos. La primera presa la deglutes con fruición, la segunda con algo de éxtasis. Poco a poco la suculenta sopa empieza a disminuir, mientras, te preguntas sobre qué especias y sabores se habrían conjugado para hacer tan delicioso alimento, hasta que, poco antes de llegar a la mitad de tu plato, llegas a tocar algo extraño con esa endeble cuchara de porcelana. Bebes algo más de sopa, no puedes creerlo: ES UN CRÁNEO! UN CRÁNEO!

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