“María Marimacha”.Análisis de un antiguo
relato oral fantástico limeño de terror.
César A. Espinoza García
Universidad Nacional Federico Villarreal
César A. Espinoza García
Universidad Nacional Federico Villarreal
Introducción.
Los relatos orales, considerados también como discursos
populares, desde la segunda mitad del siglo XX, y debido a los grandes avances tecnológicos en
comunicación, han venido siendo
relegados cada vez más en su uso frecuente así como en su papel. Las personas,
de a pocos, dejaron de reunirse en
celebradas reuniones familiares por las noches en donde comentaban los rumores
del pueblo o la ciudad contando muchas veces historias fantásticas o de terror[1]
y en su lugar escuchaban ahora el programa de radio, la televisión[2];
los amigos ya no departían comentando la
noticia escuchada por boca de otro que a su vez había escuchado, ahora todo se
resumía al partido de fútbol visto en TV, a la película estrenada o alguno que otro escándalo mediático.
Los relatos orales fueron así cediendo su preponderancia a lo
largo de las décadas y de la aparición de innovaciones tecnológicas, pero, en muchos
lugares (sobre todo en algunas provincias del país) todavía podemos rescatar y
escuchar viejas historias de antaño así como también apreciar que se siguen creando y
cultivando una que otra historia oral que trasciende el espacio - tiempo de
aquellos que la transmitieron o escucharon por primera vez. Uno de los relatos que aún sigue manteniéndose en vigencia desde
hace mucho y que seguramente alguna vez hemos escuchado de pequeños en la
escuela o con los amigos de barrio causándonos temor, es la sabida historia
de “María marimacha, devuélveme mi
corazón”, relato que aún permanece en el imaginario colectivo de las personas.
2. Sobre los relatos orales.
Como primer punto debemos dar a conocer lo que entendemos por relato oral de forma general. Coincidimos, pues, con Yolanda Castillo cuando entiende que los relatos orales son “expresión
que designa a las manifestaciones verbales (soportadas básicamente por un sistema lingüístico),
transmitidas en forma oral (Canal), que expresan una serie de acciones
vinculadas o relacionadas con un todo en el que, obviamente, hay personajes(o
actores)” (P.50), en donde luego aparecerán una serie de “estados y
transformaciones”. Para Castillo dentro de esta denominación- la de relatos
orales- se incluye lo que muchos autores llaman etnoliteratura o narrativa
popular tradicional, denominaciones que para la investigadora incluirán a su
vez: cuentos, leyendas, mitos, refranes, corridos, memoratas.
Por otro lado concordamos
con Salas Viteri quien resalta la
característica anónima y colectiva de
los relatos orales cuando aduce que
“constituyen la representación de la creatividad popular donde el autor
no es un individuo, el autor de tal creatividad esta diluido en la
colectividad, es anónimo”, lo que nos sirve para poder argumentar determinadas
posiciones al respecto del relato oral a estudiar.
3. Antecedentes a María Marimacha
La historia de María Marimacha es un relato que por mucho tiempo han contado generaciones de
limeños en las aulas estudiantiles. Dar
datos cercanos a la aparición del relato es arriesgado ya que el mismo lleva en
vigencia alrededor de cincuenta años y no ha sido documentado, aunque, infiriendo a partir de
los datos proporcionados por los entrevistados así como elementos encontrados y
expuestos en la misma historia : la muchacha que asume el rol de un chico - que
apuesta dinero, y que sin escrúpulo
alguno se introduce en un cementerio a profanar una tumba- , elementos cercanos
a lo posmoderno, podemos ubicarlo como perteneciente de mediados de siglo XX.
Asimismo el cuento de María Marimacha tiene por escenario la ciudad. Aunque en la
actualidad pudiera tener adaptaciones o variantes en diferentes regiones[3],
como todo relato oral, en líneas
generales todas las versiones tienen por escenario la ciudad, María tiene por encargo comprar corazón para hacer anticuchos y termina profanando
una tumba en un cementerio[4].
Quizás estos elementos fueran los que hicieran que el cuento de Maria Marimacha
estuviese enraizado en el imaginario popular limeño y que se piense sobre todo
al colectivo capitalino como sus realizadores.
De las muchas historias que hallan podido narrarse tanto a
nivel escrito como oral, son pocas las que tienen un personaje que entremezcla
“lo niño” con lo oscuro y malévolo como en María Marimacha. De primera
impresión la carga sexista[5]
que conlleva el calificarla como “marimacha[6]”
nos empieza por perfilar un personaje que trasciende los parámetros de lo
considerado por normal. María, nombre femenino que hace referencia a la sagrada
figura bíblica y la femeneidad yace contrastante junto al calificativo
sexista no por mera coincidencia. María
Marimacha, es una muchacha que gusta de jugar pelota y a las canicas junto a
sus compañeros de barrio. El apelativo “marimacha”, pues, remite a un intercambio de los roles tan
definidos hasta la primera mitad de siglo XX, la liberación femenina muy en
boga en esas décadas quizás y esté presente en esta mención. María, entonces,
como personaje deliberadamente marcado,
no tiene similar dentro de la literatura oral existente, aunque, bien
puede establecerse alguno que otro parecido
con aquellos personajes de las historias orales de la sierra o selva,
personajes malditos que buscan hacer daño como brujas que, en su carácter
agresivo, místico y oscuro, son proclives a la maldad como el caso de la conocida Achiqué[7].
María Marimacha es, por sus elementos, un relato fantástico, y de terror.
4. María Marimacha, devuélveme mi corazón[8]
Ésta es una historia que escuché hace mucho tiempo alguna
vez porque me la contó algún amigo de
barrio cuando contábamos historias de terror por las noches para asustarnos;
otra, porque me la volvía a contar alguien en el colegio después de la salida.
Es una historia de terror muy conocida que contábamos de niños. ¿Quién no ha
oído hablar de María la marimacha? La historia de la niña que se porta mal y
engaña a su mamá y luego ofende a los muertos. No se sabe quién inventó esta
historia, o si realmente ocurrió, lo único que se sabe es que hasta estos días
la historia de Maria Marimacha continúa escuchándose de vez en cuando,
recordándose a la niña mala que le quitó el corazón a un muerto.
María Marimacha era una chica algo traviesa, le gustaba
jugar canicas (bolitas) con los chicos del barrio, así como jugar a la pelota e
incluso pelearse con ellos antes que jugar con las niñas de su edad, por esta
razón le pusieron el apodo de “marimacha”. Vivía con su mamá y ésta era muy
severa con ella debido a su comportamiento y siempre terminaba recibiendo
tremendas palizas.
Cierto día cuando estaba jugando con sus amigos escuchó a
lo lejos a su mamá llamándola desde su casa y cuando acude donde ella escucha:
“María, toma estos 20 soles y tráeme una botella de aceite y un kilo de
corazón. Esta noche comeremos
anticuchos, así que por favor, no te entretengas jugando con tus amigos.” María
recibe el dinero y va en busca de lo encargado hacía la carnicería, pero, dando
vuelta a un par de esquinas se encuentra nuevamente con sus amigos. Piensa que
pasar un rato con ellos no sería problema y se pone a jugar nuevamente a las
canicas. Alguien del grupo propone a los
demás apostar algo de dinero y María Marimacha entonces imagina que con el
dinero que le había encargado su mama para comprar la carne y el aceite de los
anticuchos puede ganar algo más para ella y luego comprar golosinas ya que era
buena en esos juegos[9].
Empiezan las rondas, gana un par de soles a sus amigos y pierde otros, así
continua jugando hasta que no se da
cuenta del tiempo que ha pasado y se le había hecho muy tarde. Cuando se fija
en el dinero que le había quedado para hacer las compras encargadas por su
madre se da cuenta que no le queda nada. María se aterra por el enorme castigo
que le esperaría en casa, saber que su mama estaría molesta por haber apostado
todo el dinero con los chicos del barrio, ¡las palizas! No lo podía imaginar.
María Marimacha no sabía qué hacer y mientras caminaba pensativa por la calle
sin dirección encuentra de pronto una botella de aceite vacía tirada en el
piso, la recoge, y se le ocurre una gran idea: orinar en ella para que
pareciese aceite. ¡Ya tengo el aceite! - se dice. Ahora le faltaba el corazón. Pero, ¿de dónde sacaría un
corazón si no era de la carnicería? – Se preguntaba a sí misma. María marimacha
recordó entonces que hace apenas un par de días había visto uno. Haciéndose de
valor y sin miedo alguno acude al cementerio en donde habían enterrado a un tío
suyo. Sin temor a ser sorprendida, desentierra el cajón y sin vacilaciones le
saca el corazón a su viejo tío con un cuchillo que se había prestado[10].
Tenía ahora lo encargado y podía irse a casa. Una vez en ella su mamá le
recrimina su tardanza pero al ver que María tenía las compras hechas decide
ponerse a cocinar los ricos anticuchos que debía haber preparado desde hace
rato. Empieza por cortar el corazón en trozos pequeños y luego utiliza la
botella con los orines sin siquiera imaginarse lo que en realidad eran. Maria Marimacha sólo se queda mirando
aliviada ya que nadie pudo enterarse de
lo ocurrido y no tendría castigo. Una
vez listos los anticuchos Maria Marimacha busca excusas para no comer, aduce
dolores de estómago y hasta fiebre. Sólo mira fríamente como su mamá y su hermana menor empiezan a comer y degustar
aquel plato macabro sin siquiera imaginar de donde provenía aquella carne que
con tanto cariño había cocinado la madre.
Al rato después, caída la noche, la mamá de María dice que saldrá a la calle[11]
a hacer compras con su hermana y que cerrara bien la puerta. María Marimacha se
queda sola en casa así que decide irse a dormir. De pronto, cuando menos lo
espera, empieza a escuchar como desde
lejos puede oírse una voz quejumbrosa que la llama: ¡María Marimaaachaaa!…..
¡Devuéeelvemeeee mi corazóoon!…. ¡María Marimaaachaaa!….. ¡Devuéeelvemeeee mi
corazóoon!….. ¡María Marimaaachaaa!….. ¡Devuéeelvemeeee mi corazóoon!.......
La voz que la llamaba era una voz lamentosa y tétrica, era
la voz de un muerto y con mucho terror aún, había reconocido que esa voz era la
de su tío. María, presa del pánico, fue corriendo a esconderse dentro de un
ropero.
Luego de unas horas, cuando la mamá de Maria Marimacha regresa
a casa con su otra hija ésta va al cuarto de María y de pronto se escucha un
gran grito que hace estremecer todo el lugar. La madre acude rápidamente a ver
lo que sucedía. Cuando entra al cuarto de Maria Marimacha ve a su hija
desmayada y sobre todo una escena
horrorosa: María Marimacha se encontraba
dentro del ropero, como tratando de esconderse,
estaba muerta, con una expresión muy aterradora en su rostro y con el
pecho ensangrentado por que le faltaba su corazón.
5. Transgresión de las normas
y la represión-castigo
Teniendo en cuenta el relato podemos ahora explicar dos variables categóricas muy marcadas en la historia.
La primera se encuentra dada en referencia del concepto de Transgresión, misma
que puede entenderse desde dos ópticas distintas: Una resaltante se encuentra
dada en relación con las normas de conducta morales y sexistas, en nuestro
caso, la ruptura de roles que hace María no solo al relacionarse con los chicos
de su barrio como un igual sino a sobrepasarlos cuando excede los limites de la
normalidad moral, social, hasta la cordura, y termina yendo a un cementerio para profanar
una tumba. La norma moral y religiosa
acá es rota. María no se comporta como una muchacha dentro de los cánones de
virtud vigentes en la sociedad y por eso deberá de ser castigada, se ha portado
mal y ello le conllevará a un consecuente castigo venido desde ultratumba.
El concepto de transgresión moral es también indesligable-
en este caso- de la transgresión fantástica[12]
que el mismo relato posee como matriz. Si María no hubiese optado por portarse
mal y no hubiese desobedecido las órdenes de su madre entonces no hubiese cometido
las atrocidades que la llevarían a su perdición. Entendemos pues, que la
desobediencia que ejecuta María es también su catástrofe. La transgresión moral
es entendida como su perdición, lo que podríamos entender el origen de su
sucesiva transgresión fantástica, momento en donde nuestro lúdico personaje
empieza a dar un vuelco decisivo a su existencia. La trasgresión fantástica se
da en el relato cuando el fantasma viene a cobrar venganza por la profanación
del eterno descanso y María es castigada.
Cabe mencionar que el
cuento oral de Maria Marimacha parece ser pensado en términos de Fábula macabra para hacer que todo aquel que escuche la historia piense mejor en obedecer no solo las normas sino también a sus padres, que aquel que escucha no debe
olvidarse nunca devenir hacía el lado de
la maldad y la desobediencia, por que si no serán sujetos a un inevitable
castigo. María Marimacha es, a pesar de los análisis de género, un relato en
donde se aprecia notablemente la dualidad trasgresión (de la norma) -castigo[13]
en términos de poder-fuerza. Como remarcaría Foucalt, el poder permanece sutilmente en todos los estratos discursivos
de la cultura y en el caso del relato oral, también lo entendemos presente.
6. María Marimacha y el relato neogótico.
El escritor Carlos Calderón Fajardo expone en su ensayo
titulado Lo gótico y lo neogótico
(2010) que el efecto fantástico consiste en hacer irrumpir “en un mundo que
funciona perfectamente de manera creíble, racional”, el hecho increíble,
irracional que modificará totalmente el mundo que se consideraba inicialmente
por cierto; así mismo también marcará la diferencia en cuanto a que lo fantástico
es obra de un creador o artista inspirado. Para Calderón, el efecto
gótico (clásico), en cambio, poseerá al
terror como eje central del relato desde el principio hasta el final y nacerá
del “imaginario popular motivada por pulsiones ancestrales como el miedo a lo
abyecto y el terror a la muerte”. Para el escritor “lo gótico nace siempre de
las leyendas, es literatura inspirada en el imaginario popular y su éxito es
que vuelve nuevamente al imaginario popular” apareciendo estas historias primero en “forma de mito y luego de leyenda
que luego un escritor convierte en novela o cuentos góticos” (P.61).
Asimismo entiende que
“Para que una literatura sea calificada como neogótica tiene que tener
los elementos que caracterizan al gótico, pero reconvertidos, actualizados: El
castillo, el fantasma, el barco maldito, los muertos vivientes, los seres
sobrenaturales como los vampiros y la sangre que es emblemática.”(P.70). Por tanto,
se entiende que la literatura neo gótica en América latina no se remite
solo a ser una imitación de la que se
hace en Europa, sino mas bien, poseería una versión mucho mas reinventada acorde con sus características de
realidad, y en el caso nuestro, “la literatura gótica peruana es expresión de
la realidad peruana que se ha tornado gótica mas que épica.”(P-69).
Siguiendo estos lineamientos podemos resaltar que el relato
oral de Maria marimacha reúne muchas de las características antes mencionadas,
su origen popular, las pulsiones que maneja subrepticiamente, y sobre todo, el
personaje central que refleja un ser proclive al mal, son las dosis necesarias
para que el relato tenga el efecto requerido para ser considerado neo gótico y gestar el miedo
durante tantas décadas que, como
muchas otras historias, aún permanecen
dentro del imaginario popular colectivo
esperando a ser estudiadas o recopiladas como son el caso de La niña del
vaso con agua[14], la Historia de la casa Matusita[15],
El diablo en la discoteca[16],
entre otras[17], relatos interesantes que
de una u otra medida pertenecen al género fantástico y sobre todo de terror porque
tienen como eje el miedo presente hacía el espectador con personajes diseñados
por el acerbo popular a lo largo de los años y que cada cierto tiempo son
refrescados en la mente de las personas.
Para terminar,
debemos hacer notoria una preocupación en donde la literatura fantástica, gótica
y de ciencia ficción del Perú, puedan tener en cuenta a los relatos orales de
todas partes del territorio patrio, puesto que, estamos casi seguros que
encontrando los miedos presentes en la literatura no canónica oral de las
diferentes regiones del Perú , podemos acercarnos también a los diferentes miedos
de la población, acercándonos así a la perfección
de un personaje o historia que acapare
el miedo y el interés ( tal es el caso de las conocidas historias de pistachos y demás seres monstruosos),
acercarse a lo medular de un miedo o
temor oculto. Perrault ya había hecho la prueba con Cuentos de la
Madre Oca recogiendo relatos y fue este un texto que
el público de ese entonces recibió con gran entusiasmo al ver que poseía elementos tales como brujas,
hadas, fantasmas, supersticiones y demás novedades que permanecían enraizadas en la memoria
popular de ese entonces. La literatura popular oral es una veta aún por explorar – en tanto
historias asimiladas y recreadas o
actualizadas—, y lo imaginario
colectivo debería inspirar a la formación de una nueva literatura peruana en
donde se exploren nuevos elementos y temáticas,
mostrando elementos propios regionales, exorcizando o registrando muchos de los
miedos y alucinaciones presentes en la mente popular que, como hemos podido
registrar brevemente, es rico en historias de todo tipo.
BIBLIOGRAFÍA
ACTAS COLOQUIO INTERNACIONAL. Lo fantástico en la literatura y el arte en
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2010
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GADAMER, Hans George Verdad y método II
RIVERA, Celia María
Marimacha Los Caminos de la Identidad Femenina. Fondo Ed.
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SALAS VITERI, Julio La
practica oral como producción literaria
TOMAS LOBA, Emilio del Carmelo Estética
del relato fantástico. La narración
popular: ejemplos de trasgresión del
limite. En: Revista murciana de Antropología No 7,2001 Págs. 357-369
YAURI MONTERO, Marcos Laberintos
de la memoria. Reinterpretación de los
relato orales y mitos andinos. AFINED – Fondo editorial del Pedagógico San Marcos.2006
[1] Marcos Yauri Montero afirma que: “Antes de la década del treinta,
según testimonios, la gente acostumbraba narrar cuentos de pistachos, en las
primeras horas de la noche, ante un auditorio de amigos y parientes que se
sentaban en la vereda junto a la puerta de la calle. Los pueblos carecían de
electricidad, no había radios, la distracción era entonces, esas sesiones,
mientras los chiquillos jugaban a la luz de la luna.” (En: Laberintos de la memoria, Pág.93)
[2] Gadamer se preguntaba ya en 1971
con La incapacidad para el diálogo: “¿Está desapareciendo el arte de la
conversación? ¿No observamos en la vida social de nuestro tiempo una creciente
monologización de la conducta humana?”
Para el filosofo Alemán? la comunicación telefónica presumía ya un problema: “La cuestión de la
incapacidad para el dialogo se refiere mas bien a la apertura de cada cual a
los demás y viceversa para que los hilos de la conversación puedan ir y venir
de uno a otro. La experiencia de la comunicación telefónica resulta aquí
significativa como un negativo fotográfico. Apenas y es posible conocer por
teléfono la disposición abierta del otro para emprender una conversación, y
nadie podrá hacer por teléfono esa experiencia por la que las personas suelen
aproximarse unas a otras.” (Verdad y
método II- Pág.204)
[3] Tal es el caso de un reciente conjunto de cuentos sacados a la luz por
la editorial Sarita Cartonera: Cuentos de la hacienda grande. En donde aparece
una breve versión de Maria Marimacha.
[4] En muchas versiones se afirma por escenario el cementerio Presbítero
Maestro de Lima.
[5] Al respecto queremos aclarar que el presente trabajo no pretende reflexionar
sobre los pormenores de la identidad femenina o modelos de identidad. Para ello recomendamos
el trabajo de Celia Rivera quien, a partir del conocido relato de María Marimacha, hace un mesurado estudio
de las relaciones de poder entre los sexos en
María Marimacha Los Caminos de la Identidad Femenina.
Fondo Ed. PUCP Lima, 1993 .
[6] Se denomina marimacho (De Mari, apócope de María, y macho), en algunos
países machona o machorra, a personas del sexo femenino que actúan o se
comportan como hombres. Este fenómeno social generalmente se manifiesta a
través de algunas de estas características: a)Llevar ropa típicamente
masculina. B)La práctica de juegos y actividades (normalmente físicos en
naturaleza) que son típicamente considerados para ser practicados por chicos.
C)Heterosocialidad, la preferencia de socializar con chicos que con chicas.
[7] La Achiqué
es un personaje mítico andino que representa la hambruna y está caracterizado
por una vieja egoísta y malévola. Para más información remitimos al texto de
Yauri que presentamos en la
Bibliografía.
[8] La presente versión es recogida y sintetizada a partir de las
diferentes versiones recogidas de varios
informantes de modo que todos los elementos
ficcionales, variables en algunos casos, estén presentes. Hemos tenido a
consideración las versiones más extensas
que presentan los elementos constantes en la narración, agradecemos a
Francisco Quispe Urrutia, Carlos Enciso Paucari, José Adalberto Cotrado y Jorge
González Valera.
[9] En algunas versiones se afirma que María primero compra canicas con el
dinero encomendado para la carne y el aceite y se va a jugar con sus amigos
perdiéndolo todo.
[10]
Otras versiones aducen que María
Marimacha acude a la casa de una vieja tía suya y termina asesinándola
quitándole el corazón; en otras se dice que mató a su abuelita sacándole la
grasa y el corazón; en otras versiones , que María Marimacha tomó represalia
contra sus amigos de apuestas en las canicas y termina asesinándolos sacándoles
la grasa, los riñones y el corazón.
[11] Es recurrente en algunas versiones: “Llegando
la noche la hermana de María y su mamá le dijeron a María que iban a ir al
cine, pero María no quería ir así que ellas se fueron sin María...”
[12]
Tomas Loba afirmaba que “cuando nos acercamos a todo lo que es atildado de
popular, observamos que, todo ello, esta nutrido de oralidad y, por tanto, de
narración. ¿Qué es si no un chiste, un cuento, una historia, un dicho, una
leyenda..? , incluso el romance refiere una historia engarzado en un metro, por
lo que viene a definirse como narrativa lírica. Es decir, la narrativa nutre
todo un compendio de anonimato donde, frente al mundo real, se da toda una serie
de gradaciones, desde lo extraño, pasando por lo fantástico, hasta llegar a lo
maravilloso, o de otra forma, desde lo ordinario a lo extraordinario.” En.
Revista Murciana de Antropología, No7, 2001. Pág. 358.
[13] En
el uso común, la palabra "castigo" que se podría describir como
"una imposición autorizado de privaciones - de la libertad o la intimidad
u otros bienes a los cuales la persona de otra manera tiene derecho, o la
imposición de cargas especiales - porque la persona ha sido declarada culpable
de alguna violación criminal, por lo general (aunque no siempre) el daño a la
participación de los inocentes. " (Según la Enciclopedia Stanford
de Filosofía ).
[14] Esta
historia pese a tener diferentes variantes tiene como eje central a la
presencia diabólica que se revela en la niña que toca a la casa de los vecinos
presentándose inicialmente como una inofensiva niña que pide un vaso de agua a
horas cercanas de la media noche,
[15] La
casa Matusita, es una conocida historia local de Lima en donde se sabe de una casa
embrujada en donde penan almas y nunca nadie ha podido vivir allí.
[16] Esta
historia es harto difundida en muchas regiones del país. Se dice que un ser
diabólico se revela en la pista de baile cercana la medianoche.
[17] A
estos ejemplos podríamos añadir uno muy en particular que de alguna manera allá
por la década del 80 tuvo bastante
acogida, nos referimos al caso del popular
“Saca ojos”, personaje quien a
manera de un Jack el destripador, merodeaba por las calles de Lima o de pueblos
de la serranía y se llevaba los ojos de sus victimas para fines que sólo son
terminaban en especulaciones.
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