INANICIÓN
Primero murieron algunos peces. Luego vararon muchos miles de delfines y alcatraces sobre las zonas costeras. Los informes oficiales adujeron virus estacionarios, otros, ondas suboceánicas producto del incremento térmico. Lo cierto era que de a pocos los seres vivientes estaban muriendo y primero, los animales del planeta, asumían su turno ante la impávida mirada de los seres humanos que nada podían hacer para remediar su propio e inevitable destino.
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