NOta: hágase de menos los comentarios de los operarios del Terminal que dicen cosas como: que bacán BLackberry!
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jueves, 26 de enero de 2012
NOta: hágase de menos los comentarios de los operarios del Terminal que dicen cosas como: que bacán BLackberry!
LAS OPORTUNIDADES QUE ALGUNA VEZ SE QUISIERON Y YA NO
(Documento 2435- Hallado en Cantera Nº 25 de Haxwperks. Zona de investigación de Vestigios Humanos)
LAS OPORTUNIDADES QUE ALGUNA VEZ SE QUISIERON Y YA NO
Alguna vez deseé siquiera acercarme a ella cuando estudiaba pregrado. Recuerdo que tras esos incesantes 3 años de tedio, cierto día, entre la pausa de un curso a otro me diriguí a comprar algo en el cafetin de la Facultad central. Aburrido. Odiaba al profesor por su poca eficacia al intentar ejemplificar los temas y a los que estúpidamente le sonreían intentando demostrar que habían acaparado el conocimiento. Pedí agua esa vez. Y, al regresar nuevamente para el segundo bloque vi una pequeña niña (que en realidad no lo era más si lo aparentaba) de implacable sonrisa, al punto que me hacía sentir mal y envejecido. Tenía unos ojos grandes que tenían la facultad de brillar con el sol y sonreía de forma tal que todos los allí presentes en los pasadizos nos veíamos tristes al compararnos con ella. Muchas veces intente querer hablarle en diferentes ocasiones, pero eran éstas, las oportunidades las que nunca se venían vislumbrar. Algunas veces cruzaba por mi lado presurosa como si estuviera preocupada por un curso, otras, la encontraba en algún taller distinto en el Centro Cultural, con algunas amigas, discutiendo sabe dios qué cosa, siempre con la sonrisa dibujada. Pasaron así los días, los meses y los años. Terminé mi divagación por las aulas "UNeFeVecinas" y nunca más regresé a dichos lugares, ni mucho menos a verla, hasta pasado los años y como cosa del azahar, hasta el día de hoy por la tarde, pasado muchos sucesos, muchas debacles en mi mente. Me la topé en el autobús cuando me dirigía a casa, me había sentado en el último asiento del fondo y cuando volteé a mirar por la ventana estaba a mi lado. Confieso que no supe qué decir en ese momento, nunca dejaré de ser un tipo tímido o algo huevón, pero, lo cierto es que de rato en rato la veía mirar por la ventana, quedarse dormida tras lo que habría sido un día agotador para ella. Sólo pensaba : aquel que tenía la fortuna de recibirla en casa realmente debería de ser eso, un afortunado. La deje dormitando en el asiento mientras que el autobús ya llegaba a mi cotidiana bajada de cada noche. Nunca sabré si aquel momento inesperado habría sido una oportunidad o sólo mera coincidencia, como muchas otras veces.
(Fin de Documento. El resto no pudo hallarse o recuperarse)
LAS OPORTUNIDADES QUE ALGUNA VEZ SE QUISIERON Y YA NO
Alguna vez deseé siquiera acercarme a ella cuando estudiaba pregrado. Recuerdo que tras esos incesantes 3 años de tedio, cierto día, entre la pausa de un curso a otro me diriguí a comprar algo en el cafetin de la Facultad central. Aburrido. Odiaba al profesor por su poca eficacia al intentar ejemplificar los temas y a los que estúpidamente le sonreían intentando demostrar que habían acaparado el conocimiento. Pedí agua esa vez. Y, al regresar nuevamente para el segundo bloque vi una pequeña niña (que en realidad no lo era más si lo aparentaba) de implacable sonrisa, al punto que me hacía sentir mal y envejecido. Tenía unos ojos grandes que tenían la facultad de brillar con el sol y sonreía de forma tal que todos los allí presentes en los pasadizos nos veíamos tristes al compararnos con ella. Muchas veces intente querer hablarle en diferentes ocasiones, pero eran éstas, las oportunidades las que nunca se venían vislumbrar. Algunas veces cruzaba por mi lado presurosa como si estuviera preocupada por un curso, otras, la encontraba en algún taller distinto en el Centro Cultural, con algunas amigas, discutiendo sabe dios qué cosa, siempre con la sonrisa dibujada. Pasaron así los días, los meses y los años. Terminé mi divagación por las aulas "UNeFeVecinas" y nunca más regresé a dichos lugares, ni mucho menos a verla, hasta pasado los años y como cosa del azahar, hasta el día de hoy por la tarde, pasado muchos sucesos, muchas debacles en mi mente. Me la topé en el autobús cuando me dirigía a casa, me había sentado en el último asiento del fondo y cuando volteé a mirar por la ventana estaba a mi lado. Confieso que no supe qué decir en ese momento, nunca dejaré de ser un tipo tímido o algo huevón, pero, lo cierto es que de rato en rato la veía mirar por la ventana, quedarse dormida tras lo que habría sido un día agotador para ella. Sólo pensaba : aquel que tenía la fortuna de recibirla en casa realmente debería de ser eso, un afortunado. La deje dormitando en el asiento mientras que el autobús ya llegaba a mi cotidiana bajada de cada noche. Nunca sabré si aquel momento inesperado habría sido una oportunidad o sólo mera coincidencia, como muchas otras veces.
(Fin de Documento. El resto no pudo hallarse o recuperarse)
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